La cocina con oro, ¿un lujo en tiempos de crisis?
En un pasado no muy lejano se definía la alta cocina como una base de foie, la sofistificación de la trufa, las ostras… Hoy en día y para sorpresa de todos los comensales, se elaboran espumas y mouses hasta con gazpacho, solidificamos los líquidos, licuamos los sólidos y deconstruimos hasta lo imposible. Pura invención e imaginación.
Algunos de estos inventos, por no decir la mayoría, no son más que lo que podríamos definir como «redescubrimientos». Se redescubre la casquería, y hasta Arzak cocina entrañas de bacalao. Se redescubre la comida étnica y la fusión de alimentos. El maridaje perfecto de salados y dulces, de texturas, casi absolutamente de todo.
Pero lo que os presento hoy es lo último de lo último, aunque ya se puso de moda en el Japón de la década de los 80 donde se empleaba para ponerlo encima de la crema de los cafés por parte de los altos mandatarios de las emergentes empresas tecnológicas de aquel entonces.
Parece que hoy en día el colmo de la sofisticación es el oro como ingrediente culinario. Para muestra un botón y aquí os dejo un vídeo demostrativo: